Ya no se escuchaba el rumor lejano de aquel transeúnte que caminó susurrando una canción que no conocía. Sin embargo, aún me queda la sensación extraña del momento en que esos tiras se le acercaron para pedirle una revisión rutinaria, de esas que hacen cuando llega fin de mes y no alcanzó pa' la torta.
Su canción desapareció en un instante, se quedó sólo el espectro que de un momento a otro se transformó en tensión. Ya no canta, dejó de susurrar con ese acento perdido en la nada y observó cómo un instante puede cambiar tú paz y tranquilidad.
–Sácate todo lo que tienes en los bolsillos– alcancé a escuchar, mientras me hacía el dormido para que no me muevan del lugar que tanto me había costado conseguir. El muchacho no respondió, ví de reojo. –¿No estás escuchando?– repitió el miserable que debe ocultar sus miedos detrás de un uniforme azul, mientras procedía a inspeccionar con sus manos al chico.
Las calles de esta ciudad son caminos salvajes que todos debemos recorrer, algunos logran atravesarlos sin problemas, otros, tenemos que sortear las abismales diferencias, caminar despacio para no llamar la atención, dejar de ser lo que algún día pretendíamos ser y dejarnos arrastrar por las olas del conformismo y mediocridad que dicta la sociedad.
Yo estuve ahí, acostado en medio de la calle con mi peluche en la cabeza disfrutando de la brisa del viento. Seguía viendo de reojo, porque el rumor de su conversación no me dejó dormir a plenitud.
Fueron más de dos los policías que rodean al muchacho, él solo cantaba, recuerdo, mientras husmean sus cosas como si fuese un vil delincuente. La dignidad muchas veces se pierde por el poder o ambición de alguien que se cree superior por cualquier motivo.
Recuerdo cuando vivía en una casa, con paredes cuadradas como la sociedad en la que vivimos. Sé que cometí muchos errores, pero los asumo y por eso aquí estoy, contando una historia desde la banqueta más cómoda que conseguí esta noche. Si pasas por aquí, acuérdate que la vida es un riesgo carnal!! Así que asume ese riesgo, pasa y vive.
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